El Curving: La Nueva Forma de Rechazo Sutil en las Relacione
En el mundo moderno de las relaciones interpersonales, especialmente en el ámbito de las citas y el amor, han surgido nuevas dinámicas que reflejan cómo las personas manejan el rechazo y la incomodidad. Una de estas tendencias es el curving, un término que describe una forma sutil y ambigua de rechazar a alguien sin ser directo. A diferencia del ghosting, donde la persona desaparece por completo, el curving implica mantener un contacto mínimo y dar señales confusas que mantienen a la otra persona esperando, pero sin avanzar hacia algo concreto.
¿Qué es el curving?
El curving se caracteriza por comportamientos como responder mensajes de manera esporádica, cancelar planes a última hora con excusas vagas o mostrar interés de manera intermitente. Quien aplica el curving evita el rechazo directo, pero tampoco demuestra un interés genuino en la otra persona. Esto crea una dinámica confusa y frustrante, donde la persona que recibe el curving se queda en un limbo emocional, sin saber si avanzar o retirarse.
Por ejemplo, imagina que estás conociendo a alguien y todo parece ir bien. De repente, esa persona comienza a tardar horas (o días) en responder tus mensajes, cancita citas con excusas como "estoy muy ocupado/a" o "tengo muchos compromisos", pero de vez en cuando envía un mensaje cariñoso o un cumplido para mantenerte interesado/a. Esto es curving en acción.
¿Por qué surge el curving?
El curving puede ser el resultado de varias razones:
Evitar la confrontación: Muchas personas se sienten incómodas al rechazar a alguien directamente por miedo a herir sus sentimientos o generar conflicto.
Mantener opciones abiertas: Algunas personas usan el curving como una forma de mantener a alguien "en espera" mientras exploran otras opciones.
Falta de claridad emocional: A veces, quien aplica el curving no está seguro de lo que quiere, por lo que mantiene una conexión superficial sin comprometerse.
¿Cómo afecta el curving a quien lo recibe?
Recibir curving puede ser emocionalmente agotador. La persona que lo experimenta puede sentirse confundida, insegura y con la autoestima afectada. La falta de claridad y las señales contradictorias generan ansiedad y frustración, ya que es difícil saber si la otra persona está realmente interesada o simplemente está jugando.
Además, el curving puede prolongar una dinámica poco saludable, ya que la persona que lo recibe puede aferrarse a la esperanza de que las cosas cambien, incluso cuando las señales indican lo contrario.
¿Cómo identificar si estás recibiendo curving?
Algunas señales comunes del curving incluyen:
Respuestas tardías o evasivas a mensajes.
Cancelaciones constantes de planes sin una explicación clara.
Comportamiento intermitente: un día muestran interés y al siguiente desaparecen.
Falta de iniciativa para proponer encuentros o avanzar en la relación.
Si notas estos patrones, es probable que estés frente a una situación de curving.
¿Qué hacer si estás recibiendo curving?
Reconoce la situación: Acepta que el comportamiento de la otra persona no es casual, sino una forma de evitar el compromiso.
Comunica tus expectativas: Si sientes que la relación no avanza, expresa tus sentimientos y pregúntale directamente qué busca.
Establece límites: No permitas que alguien te mantenga en un limbo emocional. Si la otra persona no está dispuesta a comprometerse, es mejor seguir adelante.
Prioriza tu bienestar: Una relación saludable se basa en la claridad y el respeto mutuo. Si alguien no está dispuesto a darte eso, mereces algo mejor.
Reflexión
El curving es una forma de rechazo pasivo que refleja las complejidades de las relaciones modernas. Aunque puede ser tentador aferrarse a la esperanza de que las cosas cambien, es importante recordar que mereces una conexión clara y recíproca. No permitas que alguien te mantenga en un estado de incertidumbre; el amor y el respeto comienzan con la honestidad y la comunicación abierta.
Si has experimentado curving, no estás solo/a. Comparte tu experiencia en los comentarios y hablemos sobre cómo construir relaciones más auténticas y significativas.
Psic. Javier Peña
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