🏳️‍🌈 Más que una bandera: ¿Por qué el Mes del Orgullo Gay sigue siendo necesario?


Junio no es solo el mes de los colores, las marchas y los mensajes de amor propio en redes sociales. Es el mes en el que millones de personas alrededor del mundo se unen para celebrar la diversidad sexual, pero también para visibilizar una lucha que aún no termina.

El Mes del Orgullo Gay tiene raíces profundas. Surge como una conmemoración a los disturbios de Stonewall, en Nueva York, en 1969, donde miembros de la comunidad LGBT+ se enfrentaron a la policía tras años de acoso y violencia. Desde entonces, junio se ha convertido en un símbolo de resistencia, visibilidad y dignidad para quienes, por amar diferente, han sido discriminados.

¿Por qué sigue siendo importante el Orgullo?

A pesar de los avances en derechos y representación, muchas personas LGBT+ siguen enfrentando rechazo, humillación y violencia. Como terapeuta, he acompañado a jóvenes y adultos que han pasado por años de dolor emocional por no sentirse aceptados en su propia casa, por vivir con miedo o por cargar con culpa y vergüenza por algo que no eligieron, pero que sí les define: su orientación o identidad.

Un ejemplo claro es el caso de Alan, un joven de 19 años que llegó a consulta tras haber intentado suicidarse. El motivo: fue expulsado de su casa por su padre al enterarse de que era gay. Su historia, aunque dolorosa, es más común de lo que quisiéramos. En terapia, trabajamos su autoestima, su derecho a ser quien es, y lo acompañamos en el proceso de crear una red de apoyo auténtica, donde no tuviera que ocultarse más.

Desde la psicología: el daño de la invisibilidad

Ser invisible, reprimido o rechazado deja marcas. La psicóloga clínica y activista Meg-John Barker (2013) explica que la validación de nuestra identidad es uno de los pilares fundamentales de la salud mental. Las personas LGBT+ que son aceptadas y validadas muestran niveles significativamente más bajos de ansiedad, depresión y conductas autolesivas que aquellas que viven en entornos de rechazo.

Por eso, el Orgullo no es solo un desfile, es un acto terapéutico. Es una afirmación pública de “soy válido, soy valiosa, soy digno”. Es la posibilidad de sanar, de salir del silencio y de tejer comunidad.

¿Y si no soy parte del colectivo?

El Mes del Orgullo también es una invitación a quienes no forman parte de la comunidad LGBT+. Ser un aliado o aliada no requiere grandes actos, sino pequeños compromisos: escuchar sin juzgar, no asumir que la heterosexualidad es la norma, apoyar a quien se abre contigo y cuestionar los chistes, estereotipos o actitudes que perpetúan el odio.

Porque aunque el amor sea amor, todavía hay quienes no lo pueden vivir en paz.

Un mensaje para ti

Si formas parte de la comunidad LGBT+ y te sientes solo, confundido, con miedo o simplemente necesitas hablar con alguien que te escuche sin juzgarte, recuerda que pedir ayuda también es un acto de orgullo. No tienes que vivir el proceso en silencio ni cargar con más de lo que puedes.

Si estás listo para comenzar tu proceso terapéutico, estoy aquí para acompañarte.

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🌈 Porque todos merecemos un lugar seguro para ser quienes somos.

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