Cómo entender y acompañar la inseguridad adolescente desde la psicología cognitivo-conductual.
“Me van a criticar.”
“Seguro piensan que soy raro.”
“¿Y si hago el ridículo?”
Son frases que escucho con frecuencia en terapia con adolescentes. No lo dicen siempre en voz alta, pero sí lo piensan en silencio. La adolescencia es una etapa donde la identidad está en construcción y la mirada de los demás se vuelve un espejo inmenso. Y en ese espejo, muchas veces lo que se refleja es inseguridad.
Una escena cotidiana
Imagina a una chica de 15 años que está por levantar la mano en clase para responder una pregunta. La sabe, está segura. Pero un pensamiento atraviesa su mente: “¿y si me equivoco y todos se ríen?”. Baja la mano. Se queda callada. La oportunidad pasa, pero la sensación de inseguridad crece.
La inseguridad no aparece de la nada: se alimenta de pensamientos automáticos negativos, de comparaciones constantes con otros, de experiencias previas de rechazo o burla.
La mirada cognitivo-conductual
Aaron Beck, fundador de la terapia cognitiva, describió cómo los esquemas mentales influyen en la forma en que interpretamos la realidad. En los adolescentes inseguros, esos esquemas suelen sonar así:
“Si no soy perfecto, soy un fracaso.”
“Los demás siempre me juzgan.”
“Mi valor depende de lo que piensen de mí.”
Estos esquemas generan pensamientos automáticos que disparan ansiedad social, evitación y autocrítica. Y la evitación —no hablar, no participar, no mostrar lo que piensan— refuerza la creencia de que “mejor no me expongo”.
Cómo se trabaja en terapia
Desde la TCC, acompañamos a los adolescentes a identificar y cuestionar esas creencias. Algunas herramientas útiles son:
- Reestructuración cognitiva: enseñarles a detectar pensamientos automáticos y buscar interpretaciones más realistas.
- Entrenamiento en habilidades sociales: practicar cómo iniciar conversaciones, pedir ayuda o expresar desacuerdo.
- Experimentos conductuales: proponer pequeños retos en los que prueben sus creencias. Ejemplo: “Levantar la mano una vez en clase y observar qué pasa realmente.”
- Trabajo con autoestima y autocompasión: reforzar logros pequeños y ayudarlos a construir un diálogo interno menos crítico.
La evidencia científica respalda estos enfoques. Un metaanálisis de Kahl, Winter y Schweiger (2012) muestra que la TCC es eficaz en la reducción de síntomas de ansiedad social y en la mejora de la autoestima en adolescentes.
La inseguridad adolescente no es un defecto: es parte del proceso de crecer y aprender a mirarse con ojos propios, no solo a través de los demás. Con apoyo, paciencia y estrategias adecuadas, esos pensamientos que hoy los paralizan pueden transformarse en aprendizajes que les den más confianza en el futuro.
“La seguridad no aparece de golpe, se construye paso a paso, cuando nos atrevemos a ser vistos tal como somos.”
Si estás pasando por algo parecido y sientes que necesitas apoyo, recuerda que la terapia puede marcar la diferencia. Puedes contactarme en mis redes sociales @mentalizate7 en Instagram.
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